Los objetivos de diafragma circular,
como el Nikkor 24-70 1:2.8G ED, producen un desenfoque del segundo
plano más acusado que el resto de objetivos, incluso trabajando con
aperturas pequeñas. Eso, que puede ser una ventaja o un
inconveniente, requiere en todo caso aprendizaje de uso. A pesar de
todas sus virtudes ópticas -se trata de una lente de alto
rendimiento-, impone esa característica en cualquier situación en
la que se fotografíen primeros y medios planos. Una vez que se asume
esa particularidad, puede ser un buen aliado cuando se pretende
aportar algo de creatividad manejando el enfoque.